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En medio del escándalo por la visita de legisladores libertarios a genocidas presos, la vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, anunció este martes que se reabrirán las causas de terrorismo. El anuncio se realizó en un acto en homenaje a las víctimas del terrorismo en el Senado, donde la funcionaria expuso la necesidad de revisar estos casos judiciales que han permanecido sin resolución durante décadas.

Durante su discurso, Villarruel destacó la importancia del homenaje, afirmando que era algo "impensado hace 20 años". Agregó: "Permítanme mirar atrás con orgullo por haber desafiado la historia oficial y hacerlo en nombre de los inocentes a los que les arrancaron la vida y el recuerdo".

Villarruel no perdió la oportunidad de criticar al kirchnerismo, acusándolo de beneficiarse del sufrimiento del pueblo argentino. "Denunciar los crímenes de los protegidos de Néstor y Cristina Kirchner era francamente peligroso. Fuimos unos pequeños David frente al Goliat que tenía todo el poder estatal para garantizarse su impunidad, reescribir nuestra historia y enriquecerse con el dolor de todos los argentinos", declaró con firmeza.

Reapertura de causas de terrorismo

Durante el acto, Villarruel anunció que todas las causas relacionadas con actos de terrorismo serán reabiertas. "Será la Justicia la que haga lo que debió hacer hace más de 20 años", sentenció. Además, enfatizó la necesidad de encarcelar a aquellos responsables de los atentados violentos que azotaron al país: "Todos los montoneros tienen que estar presos respondiendo por ensangrentar nuestra nación. Solo con los asesinos en las cárceles podremos, en unidad y con el deber cumplido, poner a nuestra amada Argentina de pie".

En paralelo, durante la misma jornada, el bloque oficialista en la Cámara de Diputados tomó una drástica medida: Lourdes Arrieta, la legisladora que reveló chats internos sobre la polémica visita a los represores de la última dictadura, será expulsada del bloque. Arrieta fue quien hizo públicos los mensajes en los que se coordinó la visita al penal de Ezeiza y también advirtió sobre un plan para promover la prisión domiciliaria para militares condenados por delitos de lesa humanidad.

"Será una actividad que permitirá develar hechos que durante décadas una parte de la política ha querido esconder y que nos ha dejado profundas heridas a los argentinos que todavía no sanan. Se podrán ver y escuchar las consecuencias humanas de los atentados terroristas que se han perpetrado en la Argentina y en otros países", informó el Senado en referencia a la iniciativa impulsada por Villarruel.

Ruido interno en el Gobierno tras el anuncio de Villarruel

En las filas del Gobierno, las declaraciones de Villarruel no pasaron desapercibidas, generando malestar entre algunos sectores. Fuentes cercanas aseguran que existe una creciente incomodidad debido a que la vicepresidenta parece estar compitiendo por tener una mejor imagen que el propio presidente Javier Milei. Según estos sectores, Villarruel estaría priorizando su agenda personal y proyectos independientes, alejándose de los objetivos presidenciales.

El escándalo relacionado con la visita a los represores militares sigue generando tensiones dentro de La Libertad Avanza. Lourdes Arrieta, tras la revelación de los chats que organizaban la polémica visita, fue objeto de críticas y enfrentamientos dentro de su propio bloque. En una serie de mensajes publicados en su cuenta de X, la diputada explicó que el presidente de la Cámara de Diputados estaba al tanto de la visita y desligó de responsabilidades tanto a Villarruel como a Milei.

La decisión de expulsar a Arrieta del bloque oficialista ha abierto nuevas incógnitas sobre su futuro político. Hasta el momento, no ha tomado una decisión definitiva sobre si formará un monobloque o si se integrará a otro partido. Lo que queda claro es que su denuncia ha agudizado las divisiones internas en el oficialismo, y el tema de los represores sigue siendo un foco de conflicto político.

En resumen, el acto encabezado por Victoria Villarruel no solo reavivó el debate sobre las víctimas del terrorismo, sino que también marcó un nuevo capítulo en las disputas internas del oficialismo, a la vez que dejó abierta la puerta para futuras acciones judiciales que podrían cambiar el rumbo de la historia reciente del país.