04 de Mayo de 2021 - 09:15

Contrabando de celulares: la investigación apunta al área de Delitos Federales de la Policía

A la espera de un acuerdo con el arrepentido, la investigación avanza sobre la complicidad estatal en la causa que lleva 6 detenidos y 35 allanamientos. Uno de los apuntados es agente de Inteligencia y trabaja en un área clave de la Policía Federal Argentina (PFA).

 

En las reuniones llevadas a cabo este lunes, la más importante en el Ministerio de Seguridad, los rostros de preocupación lo decían todo. Felipe Viramonte Noguer, que fue la mano derecha del ex titular de la Aduana, Diego Dávila, es sólo la punta del iceberg. Debajo del agua, a punto de ser descubierta y probada, aparece una red de complicidad y sociedad estatal con los contrabandistas de celulares Manuel y Leandro Olivas. Además de la Aduana, donde trabajaba Viramonte, aparece sorpresivamente un área clave de la Policía Federal Argentina (PFA).

Según fuentes de la investigación, que confiaron investigación exclusiva a Minuto de Cierre, las revelaciones más importantes surgen de las confesiones de un arrepentido clave, que por ahora son extraoficiales pero están listas para brindarle beneficios, de acuerdo a la calidad de la información que brindó. La misma tiene dos capítulos fundamentales: el nexo de los contrabandistas con la Dirección de Delitos Federales por un lado, y con dos áreas clave de la Aduana por otro.

En cuanto a lo primero, en las escuchas aparece mencionado un tal “Leo”. De acuerdo a la versión del arrepentido, el apellido del mismo (de nombre Leonardo) sería Polka y su residencia el country Abril; famoso por albergar desde el empresario tabacalero Carlos Tomeo hasta el ex administrador federal Alberto Abad (aunque no vive ahí hace muchos años), el ex número dos de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE, hoy AFI), Francisco "Paco" Larcher, empleados de la AFIP o la Aduana.

“Leo sería el nexo entre los Olivas y la cúpula de Delitos Federales (de la PFA). Según las escuchas, él les garantizaba la llamada cobertura, que en la jerga significa impunidad para operar”, aseguró a este medio una fuente de la investigación. Pero el escándalo no termina allí, pues Leonardo Polka (o un apellido similar) tendría una llegada muy directa a la cúpula de Delitos Federales, cuyo director es Marcelo Farías. Ese fue, precisamente, el gran tema de conversación en la reunión realizada ayer en el ministerio conducido por la antropóloga Frederic. 

En cuanto a la Aduana, según las pruebas acumuladas y la confesión del arrepentido, los celulares entraban a través de dos áreas clave para el llamado “batallaje”, en la jerga ingreso de mercadería valiosa -celulares, tecnología en general, textiles, calzado- mediante contrabando o subfacturación. Una de esas áreas es “Courier”, que opera principalmente a través del Aeropuerto Internacional de Ezeiza y tiene allí fuerte independencia de otros sectores como “Salón”, que es el área de desembarco de los pasajeros. 

También la causa avanzaría sobre Encomienda Postal Internacional (EPI), algo similar a “Courier”, pero que opera en la sede que tiene el Correo Argentino en Retiro, cerca de los tribunales federales de Comodoro Py y el fuero Penal Económico, donde el juzgado 2, a cargo de Pablo Yadarola, lleva esta causa. Al juez o al fiscal le bastaría con llamar a declaración a algunos empleados aduaneros clave en cuanto a su conocimiento del organismo. Los mismos dirían que ex empleados de Ezeiza, corridos de allí luego de escándalos mediáticos y judiciales, están ahora en EPI; contarían que el jefe del área tiene a su esposa dirigiendo la Aduana de “Ministro Pistarini” (nombre del aeropuerto internacional); y hasta podrían detallar quién es el empleado que tiene acceso a la computadora que certifica y chequea -¿o también borra?- los paquetes que ingresan. Como se ve, Viramonte Noguer es un personaje exótico e interesante, pero no el único en la organización delictiva para contrabando de celulares. 

 

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