07 de Marzo de 2021 - 10:49

Canje de deuda: se especula con una nueva reestructuración

Los bonos se volvieron a derrumbar y ya rinden 19% anual en dólares. En Wall Street creen que la deuda es impagable y una “bomba de tiempo” para la próxima administración.

La deuda argentina volvió a niveles previos a la reestructuración, es decir cuando se encontraba en default y los bonos no dejan de bajar.

Por su parte, el rendimiento de los títulos ya se ubica en 19% anual en dólares, lo que convierte a la Argentina una vez más en campeón del mundo de riesgo país, que roza los 1.600 puntos.

A siete meses del cierre de la reestructuración, ya es posible afirmar que el canje de deuda que llevó adelante Martín Guzmán resultó un verdadero fiasco.

El ministro de Economía la quiso vender como una gesta “histórica” y que marcaría el rumbo de futuras renegociaciones de deuda de países emergentes. La realidad es totalmente diferente y hoy el repudio de los inversores a los bonos argentinos está en su máximo nivel, según analiza el periodista Pablo Wende.

Los bonos volvieron a niveles de USD 35 en promedio cada 100 dólares de valor nominal. Esto implica que el mercado está adelantando una nueva reestructuración en el mediano plazo. Así como el canje de deuda de 2005 realizado por Roberto Lavagna y Guillermo Nielsen llegó hasta 2019, es decir 15 años, todo indica que la vida útil de la reciente reestructuración será infinitamente más corta.

El plan revolucionario de Guzmán consistió exclusivamente en obtener tres años de gracia para los vencimientos. Pero a partir de 2025 vuelven a crecer los intereses y además los bonos empiezan a devolver capital. En Wall Street la opinión es unánime: Alberto Fernández le deja una verdadero “bomba de tiempo” a la próxima administración, incluso de su mismo signo político. Con este diseño y las altísimas tasas de interés que el mercado le demanda a la Argentina, la deuda será impagable una vez más en poco tiempo.

Cualquier reestructuración de deuda persigue básicamente dos objetivos: en primer lugar volver a la misma “sustentable”, es decir mejorar la capacidad de repago del emisor que avanza en la refinanciación.

El segundo es recuperar el acceso a los mercados y refinanciar los futuros vencimientos a tasas razonables. Pero el canje de Guzmán no consiguió ni lo uno ni lo otro. Al contrario, el remedio resultó peor que la enfermedad.

 

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