09 de Julio de 2020 - 12:41

El asado, el gran perdedor de la cuarentena aun con precios tentadores

Desde el sector, aseguran que las compras se vuelven más “racionales” y el consumo se encuentra en 50 kilos per cápita.

El asado, es símbolo de reunión y por la pandemia esto se vio rezagado, por ende sus ventas cayeron, aún con precios tentadores que lo ubican en $240 el kilo.

Y aunque la carne sigue presente en las comidas, desde el sector ya se habla de que en la cuarentena las compras son “racionales y tranquilas”.

Hoy la gente prefiere otros cortes como por ejemplo la carnaza para milanesas que ronda los $290 el kilo, o bien la nalga que esta $320 el kilo. También los bifes y los corte de “olla”.

A fines de marzo, cuando se dispuso el aislamiento social obligatorio (ASO) se produjo un boom de ventas en las carnicerías por el cierre de comercios y por la eventual falta de este alimento. Y hasta muchos carniceros aseguraron que habían vendido “mucho más que para las fiestas”.

La gente quiso aprovisionarse al menos para un mes y compró un poco de cada corte, fundamentalmente para llenar el freezer con milanesas, carne picada, alguna carne para horno y hasta alguna tira de asado.

Sin embargo, las sucesivas extensiones de la cuarentena y la inestabilidad económica empujaron a los consumidores hacer compras más “racionales”.

Según un estudio del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), la nueva “normalidad” provocó modificaciones en el consumo de carne en el país, fundamentalmente en el esquema de compradores “racionales” e “impulsivos”.

De acuerdo al trabajo, el coronavirus acentuó los problemas económicos y motivó que casi 7 de cada 10 compradores de carne vieron reducir su nivel de ingresos durante la cuarentena.

De las personas que atraviesan esta situación, el 84% se definen como compradores "racionales" y el 16% se identifican como compradores más "impulsivos", cuando en un relevamiento del 2008, el 79% de los compradores eran "reflexivos" y el 21% "impulsivos".

Según el instituto, este comportamiento se acentúa en función del nivel de gasto en productos cárnicos, ya que dentro del segmento de los compradores racionales un 42% gastan más de $1000 por semana y un 58% gasta menos de esa cifra.

Entre los compradores "racionales", 66% lo hace habitualmente en carnicerías y 34% en súper e hipermercados.

Asimismo, mientras que en 2008 los compradores más "impulsivos", aquellos que no planificaban sus compras de carne, representaban al 36% de los compradores, hoy en día abarcan sólo el 17% del total.

Y, según el documento, en la búsqueda permanente para lograr una mayor eficiencia en la relación precio-calidad, hoy 8 de cada 10 personas busca ofertas en productos cárnicos, en forma transversal en todos los puntos de venta.

"La compra en carnicerías pareciera estar siendo más problemática que en supermercados", indica el informe.

Todo esto fue ratificado por los datos del mes de junio relevados por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (Ciccra) que muestra una caída interanual del 3,4% del consumo de carne vacuna por habitante hasta los 50,5 kg/año, considerando el promedio móvil de los últimos doce meses. Esta estadística sitúa al consumo por habitante como el más bajo de todos los junio desde 2011.

Pese a esto, el primer semestre del año mostró un crecimiento en la producción de carne y la exportación.

En junio, la faena de hacienda vacuna llegó a 6,757 millones de cabezas y superó en 4,4% a la faena de enero-junio de 2019. Esto se tradujo en una producción de carne en los primeros seis meses del año de 1,514 millones de toneladas res con hueso (tn r/c/h) , es decir 4,3% más que en igual semestre de 2019.

En cuanto a las exportaciones, Ciccra calculó que en el primer semestre las exportaciones alcanzaron las 414.800 tn r/c/h, lo que implica un crecimiento de 20,3% interanual o unas 70.000 tn r/c/h más que tuvieron como destino el exterior en comparación de los primeros seis meses del 2019. Con este volumen, las exportaciones tuvieron una participación de 27,4% en el total producido, alcanzando el “guarismo más alto de los últimos 25 primeros semestres”, destacó la entidad.

Por último, durante junio los precios de la carne vacuna en góndola retrocedieron 0,6% respecto a mayo, mientras que si se realiza una comparación respecto al mismo de 2019, los cortes se encarecieron 55,7%, frente a un índice inflacionario que se ubicó en torno al 41,2% en el mismo período. De esta forma, el precio promedio de la carne vacuna subió 10,3% respecto al aumento del costo de vida.

 

 

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