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Pudo ser sólo una comida entre dos viejos compañeros de la Dirección General Impositiva (DGI). Pero, en proximidades de la reapertura del caso de corrupción IBM-Banco Nación, y su colateral IBM-DGI, los más suspicaces ven a este último como el verdadero motivo del encuentro. 

Allí, en un exclusivo restaurante de La Recoleta, y con una comida cara de por medio, Horacio Castagnola y Luis María Peña departieron amablemente. “Castagnola quiere que le hagan un puente con el fiscal Raúl Pleé, necesita cubrirse”, apuntaron, casi con palabras calcadas, dos empleados de la DGI con casi tres décadas en el organismo. Castagnola y Peña son grandes amigos desde que ambos eran empleados del organismo recaudador. 

A fines del mes pasado, la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal revocó la prescripción de la causa IBM-DGI, y ordenó una inmediata reapertura del juicio. De esta manera, los jueces Mariano Borinsky, Juan Carlos Gemignani y Gustavo Hornos volvieron atrás la decisión del Tribunal Oral Federal 3, de mayo del 2016. Este fallo cambió la jurisprudencia, pues considera los delitos en los que intervienen funcionarios públicos son imprescriptibles. Una noticia que en toda la Argentina se tomó como la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción.

En el caso de IBM-DGI, de los funcionarios del organismo de aquel momento, Castagnola es el más importante en la actualidad. Fue consultor internacional para el FMI, el BID y el Banco Mundial en varios países. Ya había sido director de la DGI entre 2002 y 2008, y la vuelta de Alberto Abad al organismo lo hizo repetir como su segundo, cargo que conserva en la actualidad.

El hijo de Peña le dio asilo al prófugo Thomas

Esta semana, el único prófugo en la “Causa de los Cuadernos” fue encontrado en un departamento de Capital Federal. Oscar Thomas fue encontrado en el edifico de Uriburu 1044, Barrio Norte. Lo más increíble es que el dueño de esa unidad de vivienda es la compañía Relevamientos y Auditorías Fiscales S.A., que justamente tiene domicilio declarado allí.

El presidente de esa empresa, nombrado por asamblea y reunión de directorio de fines del año pasado, es Eduardo Juan Manuel Peña; así como el director suplente es Martín Juan José Peña.  Ambos son hijos de Luis María, del recordado grupo “Los Intocables”. El cargo exacto de Peña era director de Auditoría Fiscal, desde donde castigó a evasores famosos como Alberto Samid, Angelo Paolo o Cintoplom, entre otras.

“Los Intocables” le dio, a la AFIP, una imagen de dureza contra evasores que sobreestimaba sus comportamientos reales. Al fin y al cabo, era la AFIP de un presidente -Carlos Menem- que le recomendó a una evasora famosa -Susana Giménez- esconder el auto que había importado de forma irregular.

Con menos disimulo que su padre, los hermanos Peña de Relevamientos y Auditorías Fiscales S.A. son cobradores de impuestos, y la vez cobijadores de un prófugo. En 2009, la empresa de los hermanos Peña ganó una licitación con la Dirección General de Rentas de Misiones (la AFIP de esa provincia) para detectar evasores que se suponía que el Estado provincial por sí mismo no podía detectar.

El titular de la DGR de Misiones, que firmó el contrato por la Licitación Pública 03/09, fue Miguel Arturo Thomas, hermano del prófugo capturado esta semana. Que se encontraba en un departamento de la firma que ganó esa licitación.