12 de Julio de 2018 - 11:00

El dueño del Grupo Plaza se blinda: Castro, un juez K, la jueza Skanata y su madre en la Cámara Federal

Marcelo Zbikoski, el empresario más importante de Misiones, busca “emprolijar” las causas judiciales abiertas en su provincia, pensando en un salto nacional que ya dio. Mientras ordena y administra los colectivos viejos del Grupo Plaza, apuesta a perdurar más allá del 2019, sea quien fuera el presidente. Las ventajas de poseer un tren donde todo es dinero en efectivo y transporte de mercaderías.

La historia de empresarios que sumaron empresas y facturación con el poder de turno son moneda corriente en la Argentina. La memoria más corta identifica a Lázaro Báez y Cristóbal López con Néstor Kirchner; pero también hubo un Alfredo Yabrán de Carlos Menem, y nombres hoy prestigiosos que crecieron al calor de la última dictadura militar.

En esa lógica, el transporte público de pasajeros tiene hoy un nombre tan rutilante (haciendo un trabajo fino) como de bajo perfil: Marcelo Zbikoski. Este misionero tiene el monopolio de los colectivos en Posadas, el tren que cruza la segunda Aduana más importante del país (el puente Posadas-Encarnación, sólo detrás del Aeropuerto de Ezeiza), es concesionario de Toyota en su provincia, y el año pasado oficializó que es el dueño del Grupo Plaza, la empresa insignia de los ya casi retirados hermanos Cirigliano (Claudio y Mario).

En otras palabras, Zbikoski es uno de los empresarios más importante del país, aunque su nombre sólo suene a nivel provincial. Aunque tiene muy buena llegada a la familia Macri y al ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, quiere perdurar más allá del 2019, pues sabe que luego del 10 de diciembre de ese año puede haber reelección para el primer mandatario, como también puede haber un nuevo gobierno que ponga la lupa sobre empresarios como él. Para ello, Zbikoski fue bordando un entramado de protección judicial en Misiones.

El problema es que esto contrasta con un hecho bastante evidente para los que viven en el noreste del país: Zbikoski es una especie de Rey de la Triple Frontera. Maneja el puente Posadas-Encarnación, por donde pasa su tren; también la balsa que cruza desde Puerto Iguazú a Presidente Franco (Paraguay), y tiene vínculos con todos las demás fronteras del noreste de la Argentina con Paraguay y Brasil. 

Con una frutilla del postre, que hasta ahora ninguna instancia judicial advirtió: el tren binacional que cruza el puente Posadas-Encarnación. Desde 1990 hasta 2014, ese transporte funcionó con un permiso provisorio de explotación; después de eso le otorgó alguna legalidad el ministro Florencio Randazzo, a pesar de un dictamen de Aduana en contrario. Y ahora cuenta con una ventaja enorme: vende todos (o casi todos) sus pasajes en pesos o guaraníes, sin ningún control, y pudiendo así aprovechar el mercado cambiario entre Argentina y Paraguay. Clinck, caja.

“El tren binacional es, simultáneamente, una especie de cueva financiera ilegal, además de un paraíso del contrabando. Pero Marcelo tiene todo cerrado en la provincia”, cuenta, con un dejo de rencor, un ex socio de Zbikoski.   

En cuanto a las causas judiciales que enfrenta, paradójicamente la más importante no lo encuentra formalmente involucrado. Se trata de un contrabando de repuestos de automóviles, realizando mediante una Traffic blanca, que forma parte de una causa más global que lleva adelante la jueza federal de Posadas María Verónica Skanata. En octubre del año pasado, esta juez encarceló a seis aduaneros del cruce Posadas-Encarnación. Pero lo más interesante sería lo que la jueza no hizo: investigar el video con la Traffic blanca que traía repuestos de Toyota de contrabando (justamente Zbikoski tiene concesionaria de la automotriz japonesa), y si hay contrabando mediante el tren que cruza ese puente varias veces por día, llevando miles de personas.

El video de la Traffic blanca, cruzando por el puente con un auto “de campana”, es como las brujas: no existe, pero que lo hay, lo hay. En Misiones, de todas formas, dicen que Zbikoski puede quedarse tranquilo con los oficios de Skanata. El que se lleva bien con ella es el aduanero Eddy Castro, quien es “jefe de punto”, es decir, máxima autoridad del puente que significa la segunda Aduana más importante del país.

Los más memoriosos también recuerdan que la madre de Skanata, Mirta Delia Tyden de Skanata, ya tuvo un fallo sobre Casimiro Zbikoski S.A. en una disputa que la transportista tuvo con la AFIP por el impuesto a los combustibles. Esto fue a través de la Cámara Federal de Posadas. Con lo cual, si Zbikoski llega a perder un juicio de primera instancia con María Verónica Skanata, falla en segunda instancia su madre, Mirta Delia Tyden de Skanata.

Los temas judiciales de Zbikoski no terminan allí. Tiene un juicio con la Aduana por horas extras no pagadas a los agentes del organismo que trabajan horas extras en su tren. Le reclaman más de $ 15 millones, y ya perdió en primera instancia, pero como el fallo no está firme nunca pagó. Mientras que el “frente” Puerto Iguazú-Paraguay, que también sería un paraíso del contrabando, está cubierto por un juez federal sindicato como kirchnerista, Miguel Angel Guerrero.

Marcelo Zbikoski puede jugar en las grandes ligas del empresariado nacional. Tiene visión de ciertos negocios, contactos y ambición. Pero le queda mucho por emprolijar. Cerca de él, dicen que ya puso manos a la obra.

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