Tweet 0 COMENTARIOS

La empresa Construcciones Málaga, de Daniel Papasodaro, suma más denuncias y problemas que obras terminadas, como detalló Minuto de Cierre en una nota anterior: http://www.minutodecierre.com/nota/2018-6-5-9-45-0-construcciones-malaga-suspendida-y-concursada-pero-el-ministerio-del-interior-le-sigue-pagando-obras-que-no-realiza

Con las puertas cerradas en Provincia de Buenos Aires (suspendida formalmente del registro de constructores), de la misma forma que en la Ciudad Autónoma (donde echaron al funcionario que la favorecía con obras), esta empresa tenía como negocio clave la realización de obras pagadas por la Nación, especialmente con fondos provenientes de organismos internacionales. 

Pero este año se le cortó esa posibilidad también. “En enero presentó los papeles para seguir siendo proveedor. Pero le faltaban aportes jubilatorios, y como el dueño dijo que no estaba en condiciones de afrontar esa deuda, el trámite quedó suspendido desde entonces”, le explicó a Minuto de Cierre una importante fuente del Ministerio del Interior, que a través de la Secretaría de Infraestructura Urbana le permitía sobrevivir con obras en distintos municipios de Buenos Aires, sobre todo aquellos gobernados por Cambiemos. 

Para ello, y haciendo la vista gorda sobre sus antecedentes, Málaga contaba con la colaboración de Marina Klemensiewicz, titular de ese área. Como también de Matías “El Colorado” Alonso, echado de la Ciudad de Buenos Aires por darle a esta empresa muchos obras que no terminaba bien.

A partir de su deuda de aportes jubilatorios, “no puede presentarse en nuevas licitaciones”, según contaron desde Interior. “Aunque sí puede seguir con las actuales, y cobrarlas si se demuestran avances de obra”. 

Por otra parte, en el ministerio que conduce Rogelio Frigerio se despegan de la empresa. “La secretaría de Klemensiewicz no licita ni adjudica, sólo gira los fondos a los municipios y provincias. Ellos licitan, adjudican y pagan”. Pero, si la empresa está suspendida y no renovó certificado, no puede tener obras nuevas.

Además, su pasivo es de casi $ 58 millones, como se demuestra en el certificado que ilustra esta nota. Con ese pasivo, y antecedentes de obras cobradas y no terminadas, como Arroyo el Gato en La Plata, algunos creen que podría repetir ese comportamiento, incurriendo además en una especie de vaciamiento. “Si les siguen girando adelantos, podrían usar esa plata para vaciarla o reducir el pasivo, cuando en realidad debería ser para obras. Veremos qué hacen, y si finalmente alguien los controla”, señala una fuente con llegada a esa empresa.