19 de Junio de 2018 - 18:26

Silvina Tirabassi: la preferida de CFK y viuda del espía Sierra, con nuevo cargo en la AFIP

Fue y es una de las mujeres más influyentes de la Argentina, a contramano de su bajísimo perfil. María Silvina Tirabassi, ex mano derecha de Ricardo Echegaray fue su jefa en la Aduana; supo además  ganarse la amistad de Cristina Kirchner y de la ex embajadora de Estados Unidos, Vilma Martínez; más adelante se casó con Damián Sierra, el mejor amigo de Jaime Stiuso. La abogada que, con menos de 50 años, es una leyenda de los pasillos del poder de la Argentina, tiene un nuevo y discreto -pero importante- cargo en la AFIP.

María Silvina Tirabassi, la abogada que nació en Puán (Provincia de Buenos Aires), siempre estuvo presente en las conversaciones de los bares que rodean la Plaza de Mayo, punto neurálgico donde en cinco cuadras a la redonda convergen la Casa Rosada, la AFIP y la Agencia Federal de Inteligencia (AFI, ex SIDE). Desde 2010, cuando se fue de la Aduana por diferencias con el administrador federal Ricardo Echegaray, mantuvo un bajo perfil, que incluyó el casamiento y posterior viudez con Damián Sierra, un espía que ya es leyenda entre los agentes de la Inteligencia local, y que fue como un hermano para el -¿ex?- jefe de los espías, Antonio Jaime Stiusso.

Desde hace un mes, Tirabassi fue nombrada “Analista de Asuntos Técnicos” en la Subdirección General de Asuntos Judiciales; un lugar clave de la AFIP dada la cantidad de juicios que el organismo tiene con evasores de distinto pelaje y color. Y, también, un lugar donde muy bien pueden ejercerse la influencia, algo de lo que Tirabassi entiende bastante. 

Tirabassi, que trabajó con Ricardo Echegaray desde que este funcionario fue director de Aduana (Alberto Abad era titular de la AFIP), lo fue acompañando desde en sus diferentes destinos. La carrera de ambos comenzó a la par, en la Aduana de los 90. Echegaray recaló en la Aduana de Río Gallegos, donde comenzó a cimentar su relación con los Kirchner; mientras que Tirabassi fue más al Sur, teniendo como destino a Río Grande, la ciudad más poblada de Tierra del Fuego, ubicada al norte de la Isla Grande. 

Cuando Echegaray fue nombrado en la Aduana, Tirabassi fue subdirectora General de Control. En los hechos, la número 2 del organismo. Después Echegaray tuvo un interregno en la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA), donde lo acompañó otra Tirabassi: Luciana, que es ingeniera agrónoma. Y cuando volvió a la AFIP ya como titular de todo el organismo, nombró como directora de Aduana a “Silvina” (así la conocen todos, obviando su primer nombre) fue la titular de la Aduana. Desde ese cargo, que ocupó hasta julio de 2010, se ganó la confianza y amistad de Cristina Fernández de Kirchner, primero senadora y luego presidenta. La líder política siempre la destacaba como una de las mujeres de mayor conocimiento de su gestión.

Tirabassi también se hizo amiga de Vilma Martínez, embajadora de los Estados Unidos, quien veía en la morocha de Puan como figura clave en la lucha contra el narcotráfico. La amistad llegó casi hasta hacerse confesoras mutuas, y Tirabassi recibió hasta reconocimientos oficiales por parte de “La Embajada”. En el manejo diario de la Aduana la acompañaba otro actor clave, también de buena llegada a Stiuso, confianza con Echegary e innumerables contactos: Daniel Santana, quien lleva más de tres décadas trabajando en el organismo. 

Con dolor, Cristina Kirchner le dijo que ya no contaría con ella. “Néstor dijo que hay tres funcionarios intocables hasta que nuestra gestión se termine: Ricardo Echegaray, Guillermo Moreno y Julio De Vido. Voy a tratar de conseguirte algo”, fueron las palabras de la entonces primer mandataria de la República. Y la hizo nombrar asesora de Nicolás Fernández, el senador nacional por Santa Cruz, de gran llegada tanto a Néstor como a Cristina Kirchner. 

A partir de allí, Tirabassi comenzó una nueva vida, más centrada en lo familiar que en lo profesional. En 2011 se casó con Damián Sierra, el "hermano de la vida" de Antonio Jaime Stiusso, jefe operativo de la entonces SIDE. En febrero de 2015, cuando la relación de “Jaime” con el kirchnerismo no tenía retorno, el que manejaba la camioneta que lo sacó del país fue Sierra.

Poco después, el esposo de Tirabassi falleció de cáncer (nadie le puso más misterio que ese a su muerte). Y el rastro público de “la viuda” (así es llamada por muchos espías) se perdió. Hasta su reciente desembarco en un cargo clave e influyente de la AFIP, a tono con su trayectoria. “Se la ve todos los días en Jurídicos”, cuenta una persona que la conoce desde hace décadas. 

En el organismo también trabajan sus dos hermanas. La melliza María José es consejera de Asuntos Técnicos Jurídicos en la Dirección de Seguridad Social. Mientras que María Luciana es “empleada especializada en fiscalización y operativa aduanera”, por supuesto dentro de la Aduana.

Silvina, por su parte, trabaja y espera. Supo ser una de las mujeres más poderosas, además de influyente. Y sabe que volverá a serlo, cualquiera sea el signo oficialista futuro.

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