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“Es indispensable quitarle la variable cambiaria a los precios locales de la energía porque la facturación para las empresas electro y gas intensivas se realiza en dólares, lo que significa un ajuste inmediato ante cualquier turbulencia en el mercado cambiario, aún cuando el precio de pozo es local, al igual que la mano de obra”, enfatizó Rosato.

El presidente del IPA sostuvo que la pesificación de la energía es una medida de carácter político que, en principio, podrá generar una pérdida de ingresos por la diferenciación de precios constantes, pero que redundará en la “reactivación de fábricas que se encuentran en situación de semi parálisis por tener altos costos impositivos, laborales y encima una energía que no pueden calcular de un mes para el otro”.

“Es importante conocer los tiempos y las necesidades urgentes de una fábrica. Existen situaciones que pueden diferirse hasta su solución, pero el pago de salarios y la puesta en marcha de las máquinas no pueden tener demoras porque se corta la producción y se instala un escenario de amplia conflictividad para la reactivación”, señaló Rosato. El líder del IPA destacó que la variable energética fue la principal impulsora de la tensión de precios que atraviesa el mercado actual, y que llevó a dejar atrás las metas de inflación proyectadas para el 2018.

Por este motivo, enfatizó la importancia de “ponerle certidumbre por un tiempo fijo a las tarifas de las Pymes, que son el motor de la reactivación y las únicas con potencial de generar empleo de calidad que aporte al ensanchamiento del mercado interno, y a la vez las que se pueden convertir en exportadoras que le generen el ingreso de dólares a las arcas del Estado”.

“La pesificación es una necesidad urgente para poder planificar inversiones en el corto plazo, ganar estabilidad en el mercado laboral y dejar de lado las especulaciones del mercado financiero porque la producción debe ser una planificación que no dependa de factores externos, como la volatibilidad del dólar y las tasas de interés mundiales”, afirmó.

Rosato dijo que desde el IPA están dispuestos a “colaborar con los funcionarios de las áreas económicas nacionales porque no se trata de confrontar ni de ganar una pulseada, sino de poner entre todos ideas que conjuguen la teoría con la práctica así se logran resultados positivos para toda la sociedad mientras se busca la normalización de todas las variables”.

Actualmente el valor del gas está en relación con el costo marginal, que es el precio de importación menos el costo del transporte. De modo que su valor llega a las empresas en dólares, indistintamente de su origen nacional o importado. Contrariamente, el IPA reclamó que el precio para el uso en la producción nacional se tome en cuenta el precio en boca de pozo en la Argentina, en reemplazo del marginal. “Hay que redefinir, para que las tarifas sean en pesos, es el criterio de establecimiento del precio del gas en la Argentina”, sostuvo Rosato.