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En una carta que se viralizó en las redes sociales y que fue difundida por las jugadoras de la selección las jugadoras reclaman instalaciones básicas para los entrenamientos de la Selección mayor, un vestuario acorde y una cancha de césped natural. Condiciones básicas para un representativo nacional que hoy brillan por su ausencia. Florencia Quiñones conto que Pinela argumenta que las jugadoras no tienen voluntad de diálogo “se ve que no leyó la carta” dijo.

En la misma las chicas de la Selección reconocen “las dificultades que implica haber asumido recientemente la responsabilidad de hacerse cargo del fútbol femenino” pero más allá de esto el reclamo suena lógico después de dos años de inactividad.

Esta actividad es puramente amateur y cobra 150 pesos a modo de viáticos por cada entrenamiento, lógicamente, son insuficientes  para el equipo que representará a la Asociación Argentina de Fútbol en la próxima Copa América. Esos viáticos aún no fueron entregados.

Este viático es la única contribución que reciben para representar a Argentina y resulta ínfimo teniendo en cuenta los sacrificios  que hacen para poder estar en el predio teniendo en cuenta que la mayoría son estudiantes o tienen trabajos con horarios complicados. Una de las quejas presentadas está vinculada al marco operativo. Para ejemplo las jugadoras hablan de lo sucedido en el partido con Uruguay en Montevideo disputado el 30 de agosto cuando fueron notificadas 24 horas antes y debieron viajar el mismo día de la competencia entre las cuatro y las nueve de la mañana  y dormir en el micro antes del partido.

Por ahora las respuestas no han llegado  mientras la problemática crece y los dirigentes hacen oídos sordos la Selección Argentina, en este caso femenina, se expone a un papelón como el del Sub 20 en los Juegos Olímpicos cuando se entrenaba con 13 jugadores. Es evidente que “la nueva AFA” aún está lejos de escarmentar de los errores del pasado.