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Por Antonio D'Eramo

En la nota del 19 de septiembre narrábamos lel posicionamiento de los "hombres fuertes" de la CGT en torno a los proyectos de reforma laboral que están en estudio.  La "espada de Damocles" de la reforma laboral brasileña resulta ser la máxima preocupación de los sindicalistas argentinos y, en la práctica nacional,  el acuerdo sectorial por Vaca Muerta firmada por los petroleros. 

Allí se encontraban las opiniones de José Luis Lingieri de Obras sanitarias; del estatal Andrés Rodríguez o del canillita Omar Plaini, descartando, más allá de como se den los resultados electorales del 22 de octubre, que habrá una reforma laboral salvaje al estilo carioca.

Estas opiniones adelantadas por los secretarios generales fue confirmada por el interlocutor de la administración de Mauricio Macri ante la CGT, que es el ministro del área, Jorge Triaca. Esta posición se la ganó como referente indiscutido, tras el alejamiento del que fuera su segundo en la cartera laboral , Ezequiel Sabor. Y tras lograr que los sindicalistas vuelvan a la mesa de diálogo gubernamental, de la que se habían levantado hace cerca de un año, en principio más en desacuerdo con su contraparte empresarial que con el gobierno nacional. Muchos de los sindicalistas expresaron a Minuto de Cierre que "los que no cumplieron en 2016 fueron los empresarios que se dedicaron a echar o suspender gente y a los funcionarios de Macri sólo se les puede criticar su falta de disciplinamiento al sector patronal".

Sea como fuere, el ministro de Trabajo, expresó esta tarde en la sede histórica de la CGT de la calle Azopardo ante 37 delegados gremiales que "la reforma laboral brasileña no es un espejo para Argentina si bien hay muchos temas que trabajar en agenda, se avanzará entendiendo que a partir del consenso se generan políticas duraderas". Triaca abogó por incorporar al "sector empresario y las provincias al debate sobre modificaciones en el sistema de trabajo". El funcionario sostuvo además que "no se abordó" en el encuentro la eventualidad de un paro sindical, tras lo cual destacó que "dada la posibilidad de dialogar y construir acuerdos, una medida de fuerza no está en debate".

Posición que sostienen en la intimidad los tres triunviros que conducen la central obrera teniendo en cuenta el crecimiento en sufragios que ha tenido Cambiemos en todo el país. Uno de ellos, Héctor Daer del gremio de la sanidad, lo había adelantado 48 horas atrás. Luego de encontrarse con funcionarios gubernamentales confirmó que el Gobierno avanzará en un proyecto de ley de blanqueo laboral, uno de los puntos por los que la Confederación General del Trabajo (CGT) ha decidido alejarse de la posibilidad de una huelga nacional.

A pesar de todo ello, no habría que soslayar un encuentro que no tuvo mucha difusión y que calificaría de vital parareanudar el entendimiento Gobierno-CGT. El 13 de septiembre la cúpula sindical se entrevistó con la Pastoral Social donde abrevan los obispos que cuidan de las palabras del Papa Francisco. Allí, Juan Carlos Schmid; el citado Plaini; Sergio Romero (docente); Julio Piumato (judicial) y Abel Frutos (panaderos), intercambiaron conceptos con monseñor Jorge Casaretto, y  con el secretario Ejecutivo de la Pastoral Social, Adalberto Odstrcil. El tema principal: cerrar la grieta. 

Y para ello coincidieron en que la metodología es "el diálogo. El diálogo es el camino", utilizando palabras muy cercanas al credo católico. Diálogo, del griego logos, significa a través de la palabra, a través de la razón, y esa es la apuesta que habrá primado en este encuentro con Jorge Triaca, de esta jornada, que aleja las posibilidades de volver a un conflicto sindical que incluya movilizaciones, actos callejeros, inquietud por posibles disturbios y, fundamentalmente, una nueva huelga nacional.