14 de Septiembre de 2017 - 22:22

"Macri no está haciendo lo que hay que hacer pero al menos habla de ello"

El economista liberal José Luis Espert ofreció un discurso en la convención de la IAEF detallando la necesidad que la Argentina corrija el rumbo 180 grados para que vuelva a ser una potencia como lo fue en el pasado. Para ello, sostuvo, "debe basar su crecimiento en un triángulo virtuoso cuyas ángulos son el libre comercio; el déficit fiscal de 0%; y leyes laborales flexibles".

Por Antonio D'Eramo

Los ejecutivos de finanzas reunidos en la ciudad de San Carlos de Bariloche completaron el auditorio para escuchar al economista que marcha primero en las ventas de libros de esa especialidad académica y no se fueron defraudados a juzgar por los comentarios finales. Las presentaciones de José Luis Espert nunca pasan desapercibidas y no están exentas de polémicas. Poseen un rigor estadístico formidable y sentencias y definiciones claras y de difícil apelación. Alguna vez este cronista le consultó por el estilo aspero con el que suele exponer y Espert repuso una frase que se la escuchó en este coloquio del IAEF. "Las leyes económicas son impiadosas".

Y parte de este concepto sobrevoló su exposición de esta tarde. A propósito de la administración del Presidente Mauricio Macri, Espert se mostró de acuerdo con el ajuste del comienzo de su mandato, que a su criterio permitió evitar una mega crisis como fue la hiperinflación de fines de los '80 o el fin de la convertibilidad en el 2001; y acerca del futuro se mostró conforme con el hecho que despejara los fantasmas de la ingobernabilidad con los que suelen trabajar los gobiernos que no son peronistas. Además sostuvo "es gratificante que Macri hable en su discurso contra el déficit fiscal; hable pestes de los sindicalistas; y critique la cantidad y el volúmen de los impuestos que pagan los que están trabajando en blanco. Pero, al mismo tiempo, el Presidente no está haciendo lo que hay que hacer, habla de estas cosas, pero no esta rompiendo los huevos para hacer una tortilla y posibilitar que la Argentina de un giro de 180 grados y pueda volver a una senda de crecimiento por encima de la media mundial que la coloque en el top ten del mundo, como alguna vez sucedió".

Y en ese marco, el economista realizó un relevamiento de lo acontecido, en la historia nacional resaltando que, "la última vez que la Argentina en su historia tuvo una tasa alta de crecimiento fue gracias a las políticas de la generación del '80". Educación pública y laica, acuerdos internacionales, una élite gobernante que fomentó la modernidad. A fines del siglo XIX, el país, estaba 5° en el ingreso per capita mundial y promedió, durante medio siglo, el top ten, en el ingreso que tenía su población. Con la irrupción del peronismo perdió 40 lugares desde mediados del siglo XX. El peronismo introdujo un populismo bizarro que lo continuaron los radicales; los militares, hasta Carlos Menem, y sin dudas, el gobierno del Presidente Macri. Esta es la razón de nuestra decadencia y por la que nuestra tasa de crecimiento de la economía ha sido baja en los últimos 70 años".

Espert, con estadísticas de la CEPAL y del INDEC hasta el 2014, aseguró que: "Argentina no tiene un 30% de pobreza desde la presidencia de Macri. La tiene desde 1980. La Argentina se volvió un país latinoamericano en el tema de la pobreza. No era asi. La Cepal enseña que Latinoamérica tiene un 30% de pobreza en promedio. El mismo número que la Argentina. Y tuvo índices superiores. 44% luego de la hiperinflación de fines de los '80 y 54% trás la crisis del 2001".

Las causas son halladas por José Luis Espert en la idea de un reparto de 50% -50% de los ingresos en la década del '70. La cifra, añorada por los sindicatos de cuño peronista que repartía un 50% para el capital y un 50% para los trabajadores de los ingresos, es para Espert el "germen del mal, porque Argentina perdió 15 puntos de PBI de inversión. Y, luego, de ese reparto, llegaron todas las plagas. Dictaduras militares, matanzas, rodrigazo, plan Bonex, tablita. hiperinflación, fin de la convertibilidad y crisis del 2001. Argentina nunca más recuperó la tasa de inversión necesaria para hacer volver a crecer al país y, en 25 años de historia reciente, es menor a la de Chile, Perú o Nueva Zelanda y Taiwan. Países que la Argentina superó históricamente".

Las otras causas Espert las halló en la productividad estancada; la materia fiscal, donde "en 60 años sólo hubo 4 de superávit fiscal. Durante la presidencia de Néstor Kirchner y luego de la crisis del 2001 cuando la gente salió a la calle a fajar a políticos"; el rechazo al libre comercio que apareció con el populismo antes citado por el, "donde la palabra importación se volvió una mala palabra. Para que un país pueda venderle al mundo también debe comprarle al mundo. Un país puede hacer pocas cosas bien hechas por ello no es cierto que la importación destruya el trabajo argentino. Nuestro país, aún hoy, es el primero en arancelar la importación y es primero, según la OMC, en generar medidas no tarifarias. El gobierno ha hecho bien en terminar con las DJAI, pero aún falta mucho".

Para el futuro próximo Espert coincidió en un rebote de la economía para el 2017 cercano al 3,5%; un dólar en torno de los 18,5 a 19,5 pesos por unidad de la divisa estadounidense para el año 2018; y una inflación que el Central no terminará de domar del todo. "Debemos recordar que el dólar, tradicionalmente, se ajusta por inflación, sigue a la inflación. Y, lo principal es bajar el gasto público.Hay que cambiar 180 grados porque las leyes económicas son impiadosas. Por mas buena onda que le pongamos al equipo de Macri, este gasto público es impagable porque lleva una presion impositiva del 50 % para los que trabajan y están en blanco".

 

 

 

 

 

 

 

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