Tweet 0 COMENTARIOS

La historia es impactante. Alfredo Coto, un veterano empresario que supo construir la cadena de supermercados nacional más importante del país, fue “apretado” por el secretario de Comercio, Miguel Braun, además heredero de otra cadena importante (La Anónima), para que blanqueara todos sus bienes en el exterior.

Una saga que este portal contó la semana pasada, y que nadie desmintió. Los modales ya no son los mismos de otra época, como en diciembre de 2006, cuando Néstor Kirchner lo acusó públicamente a Coto de ser “cartelizador” de precios, y le volvió negativo un eslogan en el que invirtió millones en publicidad, lanzando un “yo lo conozco a usted, señor Coto”.

Tampoco hay un secretario de Comercio como Guillermo Moreno, al que muchos acusaron de malos tratos. Ni un joven de La Cámpora como Agusto Costa. Ni Moreno ni Costa tenían una familia dueña de un supermercado, pero eran más resistidos  por los empresarios que “Miguelito” Braun, como se conoce en el ambiente a quien ocupa ese cargo.

Sin embargo, no sólo hay historias impactantes, sino también números que dejan las mandíbulas flojas. Al 20 de diciembre del año pasado, Alfredo Coto pagó de penalidad por el blanqueo casi $ 4.370 millones de pesos. En términos exactos, 4.369.923.891. Con el tipo de cambio a $ 15,57 cuando realizó el pago, la friolera de 280,7 millones de dólares.

Cómo esto es sólo la penalidad, y se pagaba desde el 1% al 10% según los bienes declarados, quiere decir que Coto blanqueó a diciembre más de 2.800 millones de dólares, más de un año entero de facturación de su supermercado.

Con estos números, según distintas fuentes oficiales, fue a diciembre el segundo argentino que más dinero blanqueó. Por encima de él se encuentra la heredera de un importante imperio económico, aunque el dato preciso de su identidad es por ahora un secreto guardado bajo siete llaves.

La historia del blanqueo de Coto no termina ahí. En los últimos días de marzo, tuvo un encuentro cara a cara con el secretario de Comercio Miguel Braun. Allí, el heredero de La Anónima le recordó la importancia de blanquear más dinero aún para forjarse la simpatía del Gobierno y manejar los precios a su antojo, como hacen todos los empresarios.

“Nuestra máxima es que tenemos fama de baratos sin serlo”, blanqueó alguna vez un directivo de Supermercados Coto. Una posición que permite mayor aprovechamiento en épocas de alta inflación y sin control de precios.

Todavía no se sabe cuánto más llegó a blanquear Coto en el cierre definitivo del 31 de marzo. Pero la relación con el Gobierno parecía encaminada. Hasta que desde la Casa Rosada empezaron a sospechar que tenía más bienes para blanquear. Una suposición probablemente infundada, pero que vuelve a ponerlo en la mirada oficial.