30 de Abril de 2017 - 19:14

Avelluto anticipó que convocará al sector editorial por la caída en las ventas

Durante la inauguración de la 43ª Feria Internacional del Libro (FIL), el ministro de Cultura escuchó la larga lista de reclamos que le hizo Martín Gremmelspacher, de la Fundación El Libro. Advirtió que la situación del sector es "delicada" y que la actitud del gobierno ante este presente es "pasiva". Pablo Avelluto anticipó a Minuto de Cierre que los convocará al diálogo.

Por Antonio D'Eramo

La temperatura en la sala Jorge Luis Borges aumentaba a medida que el organizador del encuentro le espetaba en la cara al ministro de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, los problemas del sector editorial, con dificultades en las ventas y con situaciones complicadas por las políticas oficiales.

Política fiscal; importaciones de libros; cancelaciones de adquisiciones de parte del Ministerio de Educación, todas las críticas fueron enumeradas por Martín Gremmelspacher, de la Fundación El Libro, quien advirtió: "Este sector está en uno de sus momentos más delicados" .

Avelluto se paró desde la primera fila, donde escuchó al anfitrión, y arrancó con una frase que trajo ecos de la que le dedicó Beatríz Sarlo a uno de los panelistas, Orlando Barone, del bizarro show televisivo 6,7,8.  El irónico "conmigo no, Martín" sonó en la sala y despertó a un auditorio que tomó nota de que habría una fuerte réplica del funcionario, que en los últimos días estuvo en el centro de la escena político - cultural por la cuestión del INCAA y los focos de corrupción en la industria del séptimo arte.

El jueves 27, Avelluto inauguró la Feria del Libro y después del discurso de apertura del organizador, se lo notó sorprendido y, luego, "picante" desde el escenario....

"Los conozco bien, provengo del sector editorial y siempre es una oportunidad para compartir y debatir. Es una feria de una relevancia enorme y siempre la inauguración es un momento en el cual el sector plantea sus problemas y nosotros, los funcionarios, escuchamos y conversamos, tratando de dar respuestas. Ahora, para mí, lo expresado por Gremmelspacher no es correcto. Éste no es el peor momento de la industria editorial porque hemos pasado dictaduras e hiperinflaciones, lo cual no significa en absoluto que no sea un momento complejo para los editores. Pero, me parece que tenemos que ser, como expuso la escritora Luisa Valenzuela, en el discurso inaugural, muy ecuánimes. Tiene que haber una relación entre nuestras palabras y la realidad", apuntó el ministro de Cultura. 

A.D: ¿Se puede traducir en cifras la realidad del mundo editorial?

P.A: Las cifras de importación de libros del año 2010 y 2011 fueron superiores a las actuales. Reitero, esto no quiere decir que el mercado este pasando su mejor momento y, por ello, voy a convocar a una mesa sectorial durante estos días para trabajar en conjunto y superar las dificultades. La industria editorial es una actividad que, en la medida que el consumo se va reestableciendo y va creciendo, sin duda, esto se verá reflejado en las cifras de ventas. Con respecto a las compras del Estado, se debieron revisar muchas cosas. El ministro Esteban Bullrich, de Educación, me señaló que halló, al hacerse cargo de la cartera, más de 1.800.000 libros de la anterior gestión ministerial que no habían sido repartidos. Habían sido comprados a las editoriales, pero no fueron distribuidos, no llegaron a las escuelas públicas. No me sorprende porque es similar a lo que sucedió en el PAMI con las sillas de ruedas. En todo caso, lo que hizo Bullrich fue organizar la distribución de ese stock de libros, lo que, de por si, lleva tiempo.

A.D: ¿Cómo quedó el conflicto con el sector audiovisual, en particular lo que sucede en el INCAA, que generó otra polémica en las últimas semanas?

P.A: Acá, de lo que se trata es de no afectar en lo más mínimo los fondos de la industria cinematográfica, que, además, están garantizados por leyes. El INCAA, una institución importantísima, que recibe anualmente mucho dinero y que se encuentra en un cono de sombras desde hace tiempo, debe ser una institución transparente. Nosotros queremos que el dinero del cine llegue al cine para producir películas, para que la producción de nuestros artistas llegue a las pantallas de todo el mundo y crezcan las posibilidades de fomentar nuevos puestos de trabajo. No tengo problemas en hablar con todos los que tengan dudas acerca de este punto. El jueves me reuní con la asociación Argentina de Actores, la semana pasada estuve con nueve entidades de la industria cinematográfica y con productores grandes y medianos. Busco la transparencia. ¿Cuánto tiempo hace que escuchamos que el instituto nacional de cinematografía era usado políticamente, con dinero que era administrado de manera poco clara? Bueno, llego el momento del cambio, de hacer las cosas que hay que hacer.

A.D: ¿La intervención quedó descartada? ¿Qué piensa del video que viralizó un grupo de actores en contra de sus políticas?

P.A: La intervención no esta en ningún plan, está descartada. Respeto todas las posiciones, lo único que creo es que,en ese video, había mala información y creo que en algunos actores hay un poco de prejuicio y que, con el tiempo, hablando, acercaremos posiciones. Tenemos que reducir nuestro nivel de prejuicios. Tenemos que vernos como lo que somos y no como creemos que el otro es. Esta cuestión es muy dañina para la convivencia democrática, tenemos que entender que no hay segundas intenciones, está lo que decimos y respondemos con nuestros actos, lo que expresamos.

A.D: ¿Lo reconocen en la calle? Está participando cada vez más de los debates públicos

P.A: Sí, sí, aunque trato de hacer una vida normal. Salir a la calle es fundamental para mí. Pero, sí, la exposición pública, las apariciones en la televisión hacen que la gente piense `a éste lo tengo visto´. 

Comentarios