07 de Marzo de 2017 - 00:50

AFIP permitirá blanquear mercadería de la "Mafia de los Contenedores" y puede haber una avalancha importadora

Alberto Abad mella aún más el poder de Gómez Centurión. Los 4.500 contenedores que el ex carapintada quiso manejar, o donar a organizaciones sociales, ahora podrán ser blanqueados mediante un mecanismo transparente. 

En una resolución al "Estilo Abad", aparentemente aséptica pero que reafirma su poder, la Administración Federal de Ingresos Públicos decidió que las mercaderías retenidas en la Aduana podrá acceder a los beneficios de la ley de blanqueo de capitales aún vigente. De esta forma, podrían terminarse todas las movidas de Gómez Centurión sobre el tema. Desde las denunciadas en las escuchas donde se pedían coimas por sacar contenedores, hasta la donación de los mismos a organizaciones sociales, previo depósito en las instalaciones del Ejército Argentino.

Abad buscó abortar cualquiera de estos mecanismos mediante la Resolución 4007-E, publicada el viernes pasado en el Boletín Oficial. En la misma, se permite exteriorizar mercaderías que "hayan permanecido ocultas o no hubiesen sido declaradas al servicio aduanero, con anterioridad a la adhesión al sistema voluntario y excepcional" conocido como blanqueo de capitales. La fecha límite para usar este mecanismo es el 31 de marzo. 

En la misma resolución, se aclara que pueden participar de este mecanismo las mercaderías involucradas en "delitos e infracciones aduaneras de naturaleza tributaria", siempre que se cumplan algunas condiciones con respecto al declarante y la mercadería. 

De esta forma, Abad mata dos pájaros de un tiro. Por un lado, le siguen reportando poder y probable caja a Gómez Centurión. Además, en un blanqueo que ya llega a los u$s 120.000 millones; sumar un nuevo capítulo -el de los contenedores- significa mayor recaudación, que no viene al mejor ritmo, ya que en febrero creció algo menos de 28%, por debajo de la inflación real.

Por otra parte, el riesgo es que se produzca una avalancha de productos importados, en una economía que sigue en recesión y donde peligran puestos de trabajo. Pero si este daño se produce o no, se verá con el tiempo. En el corto plazo, Abad logrará dos cosas que le importan mucho: sostener la recaudación y mellar aún más al director de Aduana. 

 

 

 

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