20 de Octubre de 2016 - 09:27

El round final entre Hillay y Trump giró en torno a migrantes, armas y aborto

Hillary Clinton y Donald Trump mantuvieron un ríspido cara a cara final, con miras a las presidenciales del martes 8 de noviembre. El debate de Las Vegas,mostró diferencias de los candidatos en política exterior y en lucha contra el EI. Ganó nuevamente para las encuestadores la candidata

Con cruces que ganaron virulencia en temas como inmigración y control de fronteras, derecho al aborto o la polémica segunda enmienda, que se refiere a la portación de armas, Hillary Rodham Clinton y Donald Trump se enfrentaron anoche en Las Vegas, en el último cara a cara televisado entre ambos, antes de las elecciones del 8 de noviembre.

La candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos y su rival republicano comenzaron su tercer y último debate saludándose con la cabeza pero sin estrechar sus manos antes de dirigirse a sus respectivos estrados en la Universidad de Nevada.

Al responder a la primera pregunta del moderador, relativa a la vacante en la Corte Suprema que deberá llenar el sucesor de Barack Obama en la Casa Blanca, Hillary dijo que es importante que la Corte Suprema no dé marcha atrás con el matrimonio igualitario ni revoque fallos sobre el aborto.

Hillary expresó su “respeto” a la segunda enmienda constitucional que protege el derecho a llevar armas en Estados Unidos, pero pidió más “regulación” y criticó a Trump por apoyar a la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por su sigla en inglés).

El magnate, por su parte, acusó a su rival de defender que una mujer “se pueda arrancar el bebé hasta el último día” y prometió nombrar magistrados que estén en contra del aborto. Tras declarar que estaba orgulloso del aval de la NRA, Trump sostuvo que “la segunda enmienda no sobrevivirá una presidencia de Hillary Clinton”.

En el final del segmento del debate referido a la integración de la Corte Suprema, Trump recalcó su intención de nominar a un magistrado “conservador y provida”, mientras que Hillary apostó por un juez que respete los derechos de las minorías y de las mujeres.

Pero el debate subió su temperatura cuando el moderador introdujo el tema migratorio, como uno de los que más separa a ambos aspirantes. Trump ratificó su idea de que Estados Unidos necesita “una frontera fuerte”, y enfatizó: “Voy a sacar a la gente mala. Tenemos mucha gente mala acá y la vamos a sacar”. El magnate acusó a su contrincante de haber votado en el pasado a favor de un muro y dijo que el expresidente Bill Clinton hizo el peor tratado con México.

El empresario aludió a cuatro madres que estaban presentes en el recinto y cuyos hijos fueron víctimas de inmigrantes ilegales.

Por su parte, Hillary alegó que proponía fronteras abiertas pero seguras y lanzó una de las mayores estocadas sobre su rival. “Él utilizó trabajadores indocumentados para construir las Torres Trump”, afirmó la exsecretaria de Estado, quien además acusó a su rival de no pagarles a esos empleados y amenazarlos con deportarlos si se quejaban.

Trump replicó que Barack Obama deportó en sus ocho años de mandato a millones de personas.

Ambos postulantes comenzaron entonces a cruzar chicanas sobre el muro en la frontera con México, propuesto por el empresario; las relaciones con Rusia, que se atribuyen al republicano, o los correos destruidos por la ex primera dama. Trump volvió a agitar el fantasma del terrorismo islamista si se permite que lleguen “a chorros” refugiados al país, y acusó al actual gobierno de debilidad ante el Estado Islámico.

El magnate invitó al debate a un medio hermano de Obama. Malik Obama, nacido en Kenia y ciudadano estadounidense, anunció en julio que apoyaba al republicano. 

Hillary invitó a dos multimillonarios que apoyan su campaña: Meg Whitman, directora de Hewlett Packard, y Mark Cuban, dueño de los Dallas Mavericks.

 

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